viernes, 3 de febrero de 2012

Fundación

Aquí vamos, espero que el impulso me acompañe un buen tiempo escribiendo.  La verdad, me da por etapas.  A veces hasta imagino digitando letras en un teclado a partir de una inentendible necesidad de plasmar una pila de cosas que se me ocurren.  Quizás porque después hasta las olvido!, y luego pasan semanas de mente en blanco en lagunas aburridas y llenas del trabajo cotidiano.  Ultimamente lo noté en los fantásticos meses en que afinamos el presupuesto del año, en fin, veremos.
Para comenzar tengo que recurrir a mis disursos estables, supongo.  Aquéllo que digo ya de memoria en cada ocasión que tengo, una suerte de declaración de principios enológicos, de los cuales creo atesorar un buen stock.  Los iré presentando en las próximas entradas para pasar posteriormente a cuestiones más al día que seguramente irán instalando nuevos principios o reemplazando los obsoletos.  Y digo esto pues creo que una de las cosas entretenidas de esta labor es el continuo dinamismo que tiene.  Lo que hacíamos hace 10 años no es lo mismo que lo de hace 5, que a su vez no es lo mismo que hoy...aunque extrañamente, lo de hoy tiende a parecerse bastante a lo que hacían colegas hace mucho, mucho, tiempo.  Esto me da el pase al tema de la siguiente entrada.

Saludos y bienvenidos

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